Joy Laville

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Narrado por Jorge Obregón

Narrado por Jorge Obregón

Nombre imprescindible de la pintura mexicana de finales del s. XX, Joy Laville (Wight, Inglaterra, 1923 - Cuernavaca, Morelos, 2018) reúne su bagaje artístico destilado a lo largo de los años y de forma prácticamente autodidacta. Se aprecian influencias de artistas más allá de México, pues Laville fue una artista de proyección internacional en diálogo con el impresionismo y el arte del siglo XX. En sus pinturas se encuentran las atmósferas de Monet, el silencio de Morandi, el color field de Rothko, las figuras de Avery, las ventanas y los floreros de Matisse, el joie de vivre de Hockney y el superflat de Murakami. 

Para ver la obra de Laville, con su inconfundible estilo caracterizado por una figuración sintética, hay que acostumbrar los ojos como cuando se sale a pleno sol y se queda uno cegado por la luminosidad. Lentamente se revelan los detalles, como las dos figuras en el horizonte suspendidas en el espacio azul y sus pasos cruzando el campo de color en este sobrecogedor óleo titulado House with cupula tours de 1987.

La espera es un factor fundamental en su pintura. El escritor Jorge Ibargüengoitia, su esposo que falleció dramáticamente en un accidente de avión en 1983 truncando una prometedora vida juntos, decía que los cuadros de Laville son “enigmas que no es necesario resolver, pero que es interesante percibir”. Esta percepción fenomenológica que requiere su obra significa estar atento a lo que se da en el cuadro. Dejarlo aparecer.

House with cupula tours es un paisaje saturado de luz cuyos contornos se desvelan a través de una paleta en los tonos rosados y lilas, azules y verdes tan inherentes a su universo estético. En la inmensidad del lienzo, situados entre marcas arquitectónicas, destacan dos elementos vegetales en el primer plano. Parecen ínfimas, apenas dos pequeñas plantas escasamente frondosas, sin embargo, la percepción de la obra sin ellas se transformaría absolutamente. Su presencia significa algo tan importante como que, allí donde se encuentran, hay posibilidades de vida. 2:00

Presentes en la mayoría de sus pinturas, las plantas y las flores, a veces colocadas en floreros, a veces dispersas y solitarias, a veces en espesuras selváticas, son insustituibles. En la obra de Laville habita una comprensión de lo natural. La comunión con los paisajes y muy específicamente con el mar formó parte de su infancia en la isla de Wight, situada en las frías aguas del Canal de la Mancha y flanqueada por imponentes acantilados. Precisamente, estas grandes dimensiones que corresponden a la vastedad de lo natural, en contraste con la pequeñez humana, determinan la espacialidad interna de obras como House with cupula tours donde las diferencias de escala son predominantes. 3:16

México fue para Laville, como para tantos otros artistas, un país de acogida. Llegó por primera vez en 1956 desde Canadá, lugar al que se había exiliado a causa de la Segunda Guerra Mundial y se estableció en San Miguel de Allende donde comenzó a pintar por primera vez en su vida. Su contacto con una flora totalmente nueva para ella, determinó que la vegetación incluida en sus obras sea marcadamente tropical.

Este excepcional óleo de gran formato fue pintado por Laville a sus 64 años. Es un ejemplo paradigmático de la aportación de la artista a la historia del arte contemporáneo mexicano. Pertenece a un periodo de madurez y consolidación artística, tras el fallecimiento de su esposo y ya de regreso a México en 1985, donde se estableció en Jiutepec, muy cerca de Cuernavaca. Allí continuó trabajando tanto en la pintura, como en la escultura y en su extensa obra gráfica muy prolíficamente y hasta el final de su vida.  

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