Alfredo Ramos Martínez
Apodado por su amigo Rubén Darío como “el pintor de las melancolías”, Alfredo Ramos Martínez (Monterrey, Nuevo León, 1871 – Los Ángeles, California, 1946) cuenta entre su producción modernista con una faceta algo distinta, donde la fantasía y el erotismo toman las riendas, tal y como sucede en este radiante y vitalista lienzo de gran formato titulado Mariquita en flores.
Sentada en un balcón orientado hacia la planicie costera y envuelta en una atmósfera cargada de exuberancia floral y colorido, Ramos Martínez presenta a la retratada engalanada con un atuendo costumbrista español: peineta, abanico y mantón. Se trata de May C. Healy, esposa de Martin James Healy, uno de los socios del Hotel Playa Ensenada en Baja California —un ambicioso proyecto de inversión estadounidense encabezado por el boxeador Jack Dempsey— y el lugar para el que se le comisionó a Ramos Martínez una serie de obras con el objetivo de decorar el hotel y casino construido en estilo spanish colonial o colonial californiano, motivo que explica la elección del atavío de May C. Healy.
Según las investigaciones del Doctor en Historia Francisco Alberto Núñez Tapia, este cuadro estuvo situado en el lobby encima de la chimenea hasta el cierre del hotel en 1938, tan sólo ocho años después de inaugurar. Adquirida en subasta por diferentes coleccionistas privados, esta magnífica y singular obra se integró finalmente a la Colección Kaluz, que posee en la actualidad un conjunto destacado de 12 obras de Ramos Martínez, de las cuales 7 de ellas tienen flores, hecho que da cuenta tanto de la predilección como del virtuosismo del artista en la representación floral.
Una selección de flores en tonalidades blancas destaca en este lienzo en el que Ramos Martínez sitúa dos esbeltas flores de iris sobresalientes en el costado inferior izquierdo y un arbusto de camelia asomando por la esquina superior del mismo lado, exactamente en la misma ubicación que ocupa en otra emblemática obra, Flores mexicanas de 1929, comisionada por el presidente Emilio Portes Gil como regalo de bodas para Charles Augustus Lindbergh, el primer piloto en cruzar el Atlántico, y su esposa Anne Morrow Lindbergh. En la esquina opuesta, destaca la wisteria con sus blancas inflorescencias pendulantes. Una planta trepadora con vistosas flores en racimos a la que el artista había dedicado una composición aproximadamente dos años antes (Glicina/Wisteria, c.1938).
Pero si hubiera que designar una flor protagonista de esta composición sería, sin duda, la peonía, representada en ambos costados del cuadro, así como en los tres mantones de colores blanco, amarillo y rojo que suman calidez y sensualidad a la escena y expanden el componente floral de la obra al plano textil. Se puede considerar a la peonía como la flor más emblemática de China, siendo además la más representada en los mantones de seda allí fabricados y distribuidos a través de Manila, en la ruta marítima comercial más larga y duradera de la historia —en funcionamiento durante 250 años (1565-1815). Al barco que recorría esta ruta se le conocía como el Galeón de Manila o Nao de China y llegaba desde la capital filipina al puerto de Acapulco, y más tarde a Sevilla, su destino final.
La fama de los mantones de Manila tuvo como consecuencia la difusión de la representación de la peonía, que hoy se encuentra formando parte del bordado del huipil característico del traje de tehuana, así como del mantón flamenco español, tal y como es extraordinariamente pintado por Ramos Martínez reflejando con destreza este hermoso cruce de culturas a través de las flores.