Ricardo Martínez
Ricardo Martínez (Ciudad de México, 1918 - 2009) siguió los pasos de su hermano escultor Oliverio Martínez. Vivió en Estados Unidos, pero regresó a México en 1932 tras la Gran Depresión, donde ingresó a la UNAM para estudiar Derecho, carrera que abandonó para dedicarse a la pintura. Estudió en la Academia de San Carlos, aunque pronto se convirtió en autodidacta.
En 1943 conoció a Federico Cantú, quien le enseñó técnicas como temple, gouache y acuarela, y lo introdujo en la Galería de Arte Mexicano, donde entabló amistad con Juan Soriano, Günther Gerzso y Luis García Guerrero. Además, diseñó escenarios e ilustró libros como Muerte sin fin de José Gorostiza y Pedro Páramo de Juan Rulfo. Recibió varios reconocimientos, como el Premio de Adquisición Moinho Santista en la Bienal de São Paulo (1964), la Medalla de la Ciudad de México en 2008 y fue nombrado artista emérito por el FONCA en 1993. Martínez se destacó por su estilo pictórico que eliminó elementos decorativos innecesarios y se centró en la figura humana, buscando una representación monumental y reduciendo los rasgos fisonómicos, revalorizando el dibujo.