Eloy Cerecero Sandoval (Saltillo, Coahuila, 1929–2023) llegó a la Ciudad de México en 1952 gracias a una beca otorgada por el gobierno de Coahuila. Con el deseo de profesionalizarse en la pintura, acudió a las oficinas de Miguel Álvarez Acosta en el Instituto Nacional de Bellas Artes, quien le recomendó acercarse al comité directivo del Frente Nacional de Artes Plásticas en lugar de ingresar a la Academia de San Carlos. Allí, se entrevistó con José Chávez Morado, quien lo presentó a los demás integrantes del comité, y fue aceptado.

Cerecero participó en diversas exposiciones en la Galería Chapultepec, la Galería Artistas Mexicanos Unidos y la Galería Romano. En la década de 1960 regresó a su natal Saltillo, donde realizó murales en edificios gubernamentales y fundó varios institutos de enseñanza artística. Desde hace más de 30 años, su obra no se ha exhibido en la Ciudad de México, lo que subraya la importancia de rescatar a este artista cuya trayectoria es conocida principalmente en el norte del país.